Contracciones, dolor, respiración, empujar, apretar, las palabras de mi madre retumbando en mi cabeza: “ vívelo con intensidad..quizá sea la única vez”, tu padre vestido de médico, aplaudiendo cada vez que superaba una contracción…una la perdí, no apreté – no empujé lo que debía.
Me hizo reír tanto, con tanto aplauso ….!
Y de pronto tú estabas encima de mi barriga recién vacía, tú en contacto con mi piel, ya desde fuera, desde mi consciencia externa.
Y el mundo se paró.
Se paró tan pronto acaricié tu piel y sentí su tacto suave, húmedo, cálido…
Una corriente de amor infinito, de amor incondicional, de amor que lo llena todo, me invadió.
Y las yemas de mis dedos, sus huellas dactilares, aquellas que de pequeña me dijeron que eran indelebles, que por ellas yo sería identificable siempre, esas que eran para toda la vida, …ésas… Esas me las cambiaste tú un día, el día que naciste.
Ahora tienen la huella de tu piel, de su suavidad, de su calidez, y de ese amor que sin ti, nunca hubiese sabido que se sentía, de ese amor inmenso, intemporal, eterno que te acompañará todos los días de tu vida.
¡Desde hace 25 años ya, mis huellas dactilares son otras!
Gracias Catalina.
¡Feliz cumpleaños !
Tu mamá
Adela Rodriguez
17.10. 2016 Hannover